LOS NÁUFRAGOS SOLITARIOS

Cada noche se duermen los náufragos solitarios, recordando lo que les ocurrió en aquel momento, al convertirse en pasionales enamorados, cuando las palabras les llegaron, entre tristezas y lamentos; buscando siempre el cálido aroma de sus labios, descubren en su frágil imaginación con mucho miedo, el oleaje pasional de aquellos besos que tuvieron, mientras se descomponen todos ellos, entre aceleradas palpitaciones sin consuelo; y, cuando llegué el atardecer pensando en cada uno de sus gestos, encontraran entre las sábanas desnudas de su memoria cómo el fuego, la belleza sinuosa de aquel cuerpo que perdieron, para convertirlo en el aire con sus manos, en un valioso tesoro hecho eterno; porqué, aunque naveguen solos después de tantos retos, y las amarguras sigan clavadas en los corazones sin merecerlo, siempre existirá un rayo de esperanza en el cielo, para secar las lágrimas de aquellos pequeños ojos llenos, que una y mil veces lloraron en silencio, volviendo a ver un cristalino amanecer entre secretos, mientras se les enamora el alma otra vez de nuevo, de quién menos se lo espera sin poder saberlo...