AL ENCUADRAR LA IMAGEN

La pasión que trasmite, quien da vida a una fotografía al encuadrar la imagen, pendiente en todo momento de la perspectiva, la composición y el escuadre, es completamente diferente al resto de los mortales, porque perciben movimientos, trazos y colores, antes de ser capturados por el objetivo milimétrico de sus creaciones; es un hilo invisible, que une al artista con los blancos y negros entre sus matices, mientras juegan las gamas de grises, con los diferentes colores del arco iris, para silenciar en verso una mirada dulce que nos trasmite, atrapando entre disparos diferentes, el alma que reluce y transforma a cada cuerpo sin que nuestros ojos lo adivinen; y, desde el otro lado del visor que nos muestra un mundo diferente, uno puede admirar la realidad y sus pequeñas imperfecciones, dibujadas con un imaginario pincel, que le da brillo y realidad a la belleza que no marchita ni se muere, apareciendo por arte de magia al ser reveladas de repente...