TIENES
QUE LUCHAR
Llegaste del médico; te sentaste en la silla
y te tomaste un vaso de agua fría; te mirabas las manos mientras bebías, y poco
a poco las primeras lágrimas llegaron sin avisar; te tapaste la cara con las
manos; necesitabas en ese momento un abrazo sincero, honesto, que viniera
cargadito de palabras de cariño y consuelo, elevándote la moral y preparándote
para la agotadora lucha que debías de afrontar; no puedes hundirte, porque
arrastrarías contigo a los demonios de la enfermedad dispuestos a desplomar tu
universo; empezaste a calmarte y de manera frágil te recostaste sobre tu
almohada, mientras ligeramente el sueño te venció entre desiguales
pensamientos; a veces es necesario tener valor para sufrir y luchar, porque
nadie puede pensar por nosotros, ni luchar por nosotros; podemos encontrar
aliados, pero nuestras guerras internas solo las podemos afrontar con dignidad
y valor; ¡Maldita enfermedad!, ¡Malditas todas ellas!; que desangran las venas
y corroen las arterias, cuando los síntomas aparecen de manera diabólica y por
sorpresa...
Entre ellos y muchas más, tos acompañada de
sangre, dificultad al tragar y resultados anómalos en las revisiones de
próstata como tumores de mama; todos, acompañados de escalofríos, fatiga y
pérdida de peso; un cuadro como este sería imposible de pintarlo, porque los
pinceles derramarían su maravilloso colorido, entre conteos sanguíneos, biopsias
de médula ósea y resonancias magnéticas para vigilar el cuerpo; aquí no hay
poesía romántica que valga; aquí tienes que luchar para no perder la batalla,
con decisión, buscando toda esperanza para derrotar al rival que se esconde
temeroso entre medicamentos y quimioterapias; y te voy a ser sincero, algunos
familiares y amigos se quedaron por el camino, pero otros, consiguieron con
fuerza derrotarlo sin miramientos; más, aunque parezca fácil decirlo y
complicado llevarlo a buen puerto, solo se me ocurre intentar levantarte el
ánimo con las palabras que te escribo; porqué, el cáncer no es eterno; se le
puede vencer con decisión, valentía y ganas de seguir viviendo; por la luz del
mañana, el abrazo del ser querido, la sonrisa perpetua de los hijos, y por tu
vida convirtiéndote en un despiadado guerrero contra tu enemigo...
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