domingo, 9 de septiembre de 2018


TIENES QUE LUCHAR

Llegaste del médico; te sentaste en la silla y te tomaste un vaso de agua fría; te mirabas las manos mientras bebías, y poco a poco las primeras lágrimas llegaron sin avisar; te tapaste la cara con las manos; necesitabas en ese momento un abrazo sincero, honesto, que viniera cargadito de palabras de cariño y consuelo, elevándote la moral y preparándote para la agotadora lucha que debías de afrontar; no puedes hundirte, porque arrastrarías contigo a los demonios de la enfermedad dispuestos a desplomar tu universo; empezaste a calmarte y de manera frágil te recostaste sobre tu almohada, mientras ligeramente el sueño te venció entre desiguales pensamientos; a veces es necesario tener valor para sufrir y luchar, porque nadie puede pensar por nosotros, ni luchar por nosotros; podemos encontrar aliados, pero nuestras guerras internas solo las podemos afrontar con dignidad y valor; ¡Maldita enfermedad!, ¡Malditas todas ellas!; que desangran las venas y corroen las arterias, cuando los síntomas aparecen de manera diabólica y por sorpresa...

Entre ellos y muchas más, tos acompañada de sangre, dificultad al tragar y resultados anómalos en las revisiones de próstata como tumores de mama; todos, acompañados de escalofríos, fatiga y pérdida de peso; un cuadro como este sería imposible de pintarlo, porque los pinceles derramarían su maravilloso colorido, entre conteos sanguíneos, biopsias de médula ósea y resonancias magnéticas para vigilar el cuerpo; aquí no hay poesía romántica que valga; aquí tienes que luchar para no perder la batalla, con decisión, buscando toda esperanza para derrotar al rival que se esconde temeroso entre medicamentos y quimioterapias; y te voy a ser sincero, algunos familiares y amigos se quedaron por el camino, pero otros, consiguieron con fuerza derrotarlo sin miramientos; más, aunque parezca fácil decirlo y complicado llevarlo a buen puerto, solo se me ocurre intentar levantarte el ánimo con las palabras que te escribo; porqué, el cáncer no es eterno; se le puede vencer con decisión, valentía y ganas de seguir viviendo; por la luz del mañana, el abrazo del ser querido, la sonrisa perpetua de los hijos, y por tu vida convirtiéndote en un despiadado guerrero contra tu enemigo...




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