viernes, 12 de octubre de 2018


UNA CANCIÓN

Voy a componer una canción tan original, que ningún conservatorio la pueda igualar; porqué, su ritmo y elaboración carece de ritmo y textura, ya que solo sus sonidos, los puede reproducir la naturaleza más pura; usaré para las primeras estrofas el murmullo de las olas; con el susurro que desprende el viento y de las montañas a las que le robare el eco, compondré un estribillo que resuene a través del tiempo; a los ríos les pediré prestado el rumor de sus guijarros, mientras que a la lluvia le copiare la melodía de las gotas sobre los tejados, para darle forma con preciosos toques parecidos a un teclado; y, para terminar tal composición memorable, de los bosques más ocultos, utilizaré el silencio de sus árboles más altos, para introducir a su lado, poco a poco, el estruendo de la tormenta y el relámpago; más, si Dios en un alarde de creatividad humano, le diera su toque final a semejante oración musical con las palmas de sus manos, solo existiría algo parecido que se le pudiera comparar, si escucháramos con los ojos cerrados; el tierno y suave tono, de un beso entre enamorados…



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