CARTA AL CORAZÓN
Mi querida hija:
Después del tiempo al nacer que ha
transcurrido, la elegancia que trasmites me tiene sorprendido, porqué cuando te
miro a los ojos, solo veo la belleza reflejada en tu mar cautivo; el que
después de ocho años, ilumina los corazones ilusionados, de tus padres y
amigos; y ahora, en este preciso momento, te los describo a los cuatro vientos
con todo mi cariño; más, este pequeño secreto que sale a la luz de su silencio,
es un pequeño regalo para que lo leas y lo disfrutes, mientras piensas a quién
va dirigido semejante piropo entretejido; el que cose los sentimientos con
bobinas de hilo fino, mientras dejas un precioso broche en la solapa de mis
imaginarios besos con tu brillo…
Y si no quieres que se pierda este poema en
el olvido, yo te lo regalo con un papel suave y fino, esperando que lo
utilices, cuando te sientas triste rodeada por el frio; porqué, todas mis
frases llevan un poco de valor entre plegarias, para que reces al llegar la
noche con el calor de mis palabras; y, para que voy a recitar tu nombre por los
puntos cardinales sobre un mapa, si tienen envidia de tus letras las
profundidades marinas y las montañas; por eso, aquí tienes esta carta al
corazón escrita de mi puño y letra en una sola página, mientras se descompone
felizmente entre lágrimas mi alma, cuando dibujo en el aire con mis dedos, la
alegría de verte despertar, mientras reluce tu preciosa y dulce cara...
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