miércoles, 9 de enero de 2019

DE ARCILLA Y BARRO

El artista fusiona arcilla y barro, mientras elabora siluetas curvadas con las manos alrededor de la escultura que de la nada va creando; a continuación, utiliza pinceles de suaves trazos para dar luz y brillo a los rincones apagados, mientras mezcla los colores sin dudarlo para convertir en dulces sensaciones pómulos y labios; en armonía seductora, también da forma a piernas, senos y brazos, otorgándoles redondez y equilibrio para convertirlos en sinfonía de besos rimados; a través de la música imaginaria que se mece entre bailes y pasos, transforma en sílabas cantadas los latidos del corazón humano, dándoles vida en acelerado movimiento y tacto; más, buscando los últimos retoques entre notas de pulido oro, dibuja los preciosos ojos con pinceladas de ternura y pasionales tonos; y, como toque final, le otorga lucidez a su belleza entre requiebros y piropos, mientras el escultor termina su creación de forma elegante, convirtiendo a la mujer sencilla en una maravillosa obra de arte...
 
 


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